Es uno de los grandes tesoros cántabros gracias en parte, al buen estado de conservación de sus edificios como la colegiata de Santa Juliana o las Torres de Merino y Don Borja. Más allá de su patrimonio, sus calles empedradas, sus casas porticadas y las flores cuidadas que adornan cada balcón, hace que sea uno de los lugares en los que uno desearía quedarse a vivir. Su cercanía con las cuevas de Altamira es otro valor añadido.
Cómo llegar:
Que bonito!
ResponderEliminarIré!